En la morada

De nuevo llego a mi morada.
«Nana» cobija mi cuerpo en un cálido abrazo y me entrego por completo a su regazo. Sus grandes amorosas manos  acarician mi cabello mientras susurra viejas canciones de cuna. Promete que pronto volveré a reír y a correr descalza.
La profundidad del bosque y la inmensidad de la noche estrellada esperan mi regreso.

Por hoy sólo queda descansar.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s